
La
fuerza histórica
de los villeros
Juan E. Gutiérrez
Una puerta abierta
hacia el camino de lo
pobres, conducidos por
un testigo privilegiado
que conoció y
participó del
secreto, esa misteriosa
fuerza que sostiene
el pueblo Villero.
Derribaron el Albergue
Warnes, edificio que
amparó a muchas
familias sin techo...
pero la lucha por la
dignidad de los habitantes
de las villas y de los
barrios más necesitados,
no pudo ser volteada,
a pesar de tantas topadoras.
¿Dar testimonio
o guardar en lo profundo
esa experiencia vivida
en las villas de Buenos
Aires? Sobre esta pregunta
se movilizó el
autor pensando su vida
como cura villero, lleno
de “evidencias”
que permitan conocer
una realidad que sigue
oculta detrás
del prejuicio, el miedo
y la política
de exclusión.
Hoy, casado y con dos
hijos, recoge lo vivido
y nos cuenta en éste,
su primer libro, mitad
biográfico y
mitad documental. Quizá
de asistencia para quienes
se acerquen al trabajo
social y quieran, como
lo vivió Juan
E. Gutiérrez,
continuar el camino
por la huella de los
que dieron la vida en
esta lucha.
Juan E. Gutiérrez
Fue cura villero desde
la vuelta de la democracia
en Argentina. Trabajó
y vivió en los
barrios más pobres
de la Capital Federal
y de la provincia de
Buenos Aires.
Nació el 31 de
agosto de 1953. Se recibió
de profesor de filosofía
en la Universidad Católica
Argentina. En 1980 obtuvo
el título de
bachiller en teología
y fue ordenado sacerdote
en 1981.
Trabajó como
cura en parroquias de
Buenos Aires y en Pastoral
Universitaria, durante
ese tiempo definió
su vocación por
el trabajo con los más
humildes, siguiendo
el llamado de la Iglesia
para “ser voz
de los que no tienen
voz”.
Se interesó e
integró al grupo
de sacerdotes villeros,
cuya vocación
en la atención
del Pueblo de Dios los
obliga a una vivencia
del Evangelio más
comprometida en el ámbito
de lo social. Especialista
en el tema asistió
a congresos internacionales,
peticionó junto
con la gente ante las
autoridades, y debe
a los pobres mucho de
lo que hoy es.
Siguiendo su camino,
en 1995 solicita dispensa
de la Iglesia para dejar
de ejercer el ministerio
sacerdotal. Y, desde
un nuevo lugar, y fiel
a su compromiso social
y religioso, seguir
este llamado.
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